miércoles, 25 de junio de 2008

Revolution Renaissance - New Era (2008) (con link de descarga)


El metalero promedio ya debe estar enterado a estas alturas sobre toda la telenovela que se ha creado entorno a Timo Tolkki y Stratovarius. Incluso en el blog ya hemos hablado de ella, en la que concluimos un par de cosas: a) Timo Tolkki tiene problemas mentales y es la reina del drama; b) Tolkki debe de dejar de intentar hacer proyectos solistas que no tengan metal, porque le salen pésimo; c) Soy un malvado sin corazón porque no me gustó Sanna. Luego de todo esto, hace más o menos un mes, una de las personalidades múltiples de Tolkki le entregó a su ex-compañeros de banda los derechos sobre el nombre de Stratovarius y su consecuente lucro y explotación. Esto, apunta la otrora Timo “teh drama queen” Tolkki, se debe a que quiere desligarse completamente de su antigua banda, para seguir con sus nuevos proyectos. Así es como nace Revolution Renaissance. Lo que antes iba a ser el último disco de Stratovarius es ahora el primer disco de una nueva banda creada a partir del material de un álbum inédito, que con Stratovarius habría de llamarse Revolution Renaissance, y que ahora se llama “New Era”.

Tolkki se encargó de convocar a conocidos cantantes para que fuese posible la pronta grabación del disco en cuestión. Así, nuevamente tenemos por aquí al renegado del metal, Michael Kiske, cantando en la mayoría de los temas; a Tobias Sammet, que no necesita mayor presentación; y al prácticamente desconocido Pasi Rantanen. Esta alineación de por sí puede sonar algo tentadora, y más para un disco puramente de metal de quien abanderó por muchos años el estandarte del power metal.


Así pues, unos sonidos algo inquietantes y un poderoso riff, típico del Tolkki que tanto se extrañaba, abren el primer tema de este disco: Heroes. Las voces corren por cargo de Tobias Sammet. El tema se desarrolla sin ningún problema, siendo un corte que podría estar incluido en cualquier disco de cualquier banda de power metal. De hecho parece como si ésta fuera una canción inédita de Edguy en el período del Theater of Salvation o incluso del Mandrake. Cuando uno ya escuchó mucho power metal, este tema no sorprende, porque cae en el cliché del género.

El segundo track cambia un poco las cosas, ya que se trata de un tema más melódico y calmado. Un medio tiempo llamado I did it my way, un título curiosamente igual a una famosa canción de Frank Sinatra. En este caso el trabajo vocal es de Michael Kiske: una apuesta que no se puede perder. Ésta canción tiene, sin duda alguna, más gancho que la anterior e incluso tiene todo el poder para ser un single. No está de más decir que en este tema está contenido uno de los mejores estribillos del disco y un solo de guitarra bien ejecutado.

We are magic es el meloso título de la tercera canción de este disco. Ahora el protagonista es Pasi Rantanen, un vocalista al que le llueven las críticas por todos lados. Yo, por el contrario, creo que su trabajo en este disco es más que decoroso. Su registro no es tan amplio como el de los anteriores cantantes, pero su voz es bastante más rockera. De cualquier forma esta canción no luce demasiado, pero tampoco está mal.

Michael Kiske se encarga de abrir la que será la primera balada del disco: Angel. No obstante, cualquier oyente un tanto entrenado en la música de Stratovarius podrá ver que el tema estaba compuesto para que brillara especialmente la voz de Timo Kotipelto. La balada en sí no es demasiado destacable, además de que raya en el autoplagio, porque suena a cualquier canción lenta de Stratovarius. Es un tema de ejecución e interpretación correctas, aunque puede llegar a aburrir un poco.

Eden is burning es un tema con ciertos aires épicos. No se trata de un tema rápido, en realidad desde la primera canción no ha habido otro tema lleno de velocidad. Con Eden is burning escuchamos otra faceta de Tolkki, una no tan pretenciosa ni clásica. Quizá el tema pueda resultar pesado y denso, pero en realidad es de lo más interesante del disco. La voz de Rantanen encaja bien al tema, aunque a veces queda un poco débil, tal vez gracias a la presión de grabar rápido el disco. Lo mejor del tema: un solo de guitarra de nuestra querida Drama Queen.

Con Glorious and divine regresa la velocidad y también Sammet. Lo que más aqueja el tema es que nuevamente parece copiado de la etapa powermetalera de Edguy. No creo que sea una canción demasiado importante, porque nuevamente cae en los lugares comunes del género.

Born upon the cross sigue la línea de Eden is Burning, y nuevamente el tema es cantado por Pasi Rantanen, quien por cierto parece que no es capaz de pronunciar bien la Pborn ubon the cross…”. Es un medio tiempo clásico de Tolkki, parecido a los que solía crear en Stratovarius. No está mal el track, incluso me parece más atractivo que el anterior, pero tampoco lo considero como un punto alto del disco.

Los sonidos orientales de Keep the flame alive dan inicio a una nueva balada llevada de la mano por la voz de Kiske. Ésta sin duda es más interesante que Angel, tiene más poder y es menos melosa (al menos en cuestión musical, porque en sí, todas las letras de Tolkki son melcocha pura), además que resulta más comprometida. Un tema íntimo y oscuro que resulta de lo mejor del disco.

Afortunadamente para sacarnos del tedio llega Last night on earth, un corte de power metal bastante más decente que los que cantó Sammet. Kiske es nuevamente el protagonista y no se le puede negar el talento. A mí gusto ésta es la mejor canción rápida del disco, por lo que no habría que ponerle ningún pero. Es de esos temas que se dejan disfrutar por sí solos.

Si hay algo rebuscado en este nuevo trabajo de Timo “teh drama queen” Tolkki es, precisamente, el nombre de la banda y de la canción que cierra el álbum: Revolution Renaissance. Para que se den una idea del tema pueden imaginarse Soul of a vagabond de Stratovarius, es igualito. A pesar del más descarado autoplagio de Tolkki, éste es track que más me gusta del disco, quizá por su magnífico y épico estribillo, “Revolution, evolution, revolution renaissance”. Afortunadamente el disco cierra de la mejor forma.


Las múltiples personalidades de Tolkki se juntaron para crear un disco de power metal bastante acorde con las tendencias actuales: disminución de innecesarios dobles bombos y canciones absurdamente rápidas. Parece ser que entendió que en la actualidad ya no es posible seguir creando discos estilo Dragon Force, sin sentido alguno y llenos de pretensiones. Ése es el punto fuerte de “New Era”, que no se trata de un disco que intenta demostrar el virtuosismo de los músicos.

Pero no todo es miel sobre cereal Kellogs. A pesar de esa virtud, hablando de power metal melódico, el disco es bastante mediocre si tenemos en cuenta que fue escrito por uno de los más importantes compositores del metal neoclásico de los últimos quince años. Es cierto que el disco no es del todo malo, pero es bien cierto que a estas alturas es justo exigir un extra de quien creó la base del power metal actual. Si por un lado “New Era” es un disco bastante disfrutable y de ninguna forma malo, en el otro extremo se trata de un trabajo típico que no destaca demasiado. Los temas cantados por Sammet me parece que son lo más débil del disco. Además se nota que su grabación fue demasiado apresurada y que lo único que se le ocurrió a Tolkki fue llamar a sus amigos de última hora para que alguien pusiera la voz en las canciones.

Por cierto, una de las personalidades de Tolkki subió al Internet este mismo disco, pero cantado por Timo Kotipelto, lo que sería el demo del último e inédito álbum de Stratovarius. La calidad no es muy buena, pero creo que este trabajo suena mejor en la voz de Kotipelto.

7/10

Para bajarse el disco: clic aquí

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lunes, 16 de junio de 2008

Avantasia en el Circo Volador

(Todas las fotos son propiedad de Germán García)

Pocas bandas pueden presumir de ser tan importantes como Avantasia. Su trascendencia va más allá de ser un destacable proyecto solita enfocado en el power metal de corte épico, con ciertos toques de hard rock, sino que, como dijera Tobias Sammet, la indiscutible mente maestra detrás de Avantasia, es la madre de las "metal operas". Desde que apareció Avantasia han aparecido varios proyectos más en el mismo estilo, pero ninguno tan importante (salvo Ayreon, quizá) como el de este joven germano, quien supo cómo sembrar la semilla de uno de los movimientos más memorables que, sin duda alguna, vivirá el metal en toda su historia. Y es que nunca antes un joven tan talentoso había podido reunir a los más destacables músicos de la escena mundial del heavy metal. Avantasia nació con dos discos que pasarán a la historia: The Metal Opera, Pt. 1; The Metal Opera, Pt. 2.

Tuvo que pasar un período de ocho años para que el brillante Tobias Sammet se decidiera a hacer nuevamente un disco de Avantasia. Y su resultado fue el espectacular The Scarecrow, que mostró una notable evolución que ya se dejaba ver en el último disco de Edguy, Rocket Ride. No obstante, Tobias se mantuvo firme durante algún tiempo en que nunca haría una gira mundial de Avantasia por los problemas de organización que esto representaría. Finalmente, tras las presiones de los fanáticos, y hasta de la disquera, se decidió emprender una gira en tan solo catorce países, donde México tuvo el honor de recibir el pasado 15 de junio a la madre de todas las metal operas: Avantasia. Su lugar: el Circo Volador. Un sitio a la vista poco agradable y nada especial, que se encuentra en una zona bastante fea de la Ciudad de México, y que en su exterior cuenta con horrendos grafitis que demuestran que la carencia de estética de ninguna manera puede ser arte.

Se pensaría que se llenaría la sala, pero no fue así. Ya iniciado el concierto había unos cuantos asientos solitarios en la parte superior. Algo inconcebible si tomamos en cuenta la magnitud de este evento. Diría el hermano de uno de los redactores de este blog: algo menos común que un eclipse solar. Quizá fue amor al arte por parte de Sammet o la estupidez del mexicano. Sea cual sea el caso, el concierto dio inicio a eso de las 8:10 pm, con los inconfundibles riffs de Twisted Mind. Sascha Paeth se encargó de crear un clima de tensión mientras todos expectantes aguardaban la llegada de Sammet. Al momento de llegar no se hicieron esperar los gritos: el concierto había empezado y la canción se desarrolló maravillosamente.

La segunda canción fue la épica The Scarecrow, y fue ahí donde apareció, junto a Sammet, el que a mi gusto ha sido el mejor colaborador de Avantasia, el señor Jorn Lande. Con más de once minutos de duración, esta pieza supo cómo atrapar al público.

A ésta le siguió, tras unas palabras de Sammet, la powermetalera Another Angel Down, que, claro está, en vivo sonó mucho más poderosa. La interpretación de ambos cantantes fue por demás excelente, y ésta fue de las preferidas de la noche. Pero lo mejor fue sin duda el momento en que se apagaron las luces para comenzar a sonar el ya conocido Prelude, que dio paso a una de las favoritas de todo fanático de Avantasia, Reach Out For The Light, del primer disco. Sammet se empeñó en demostrar su dinamismo y el poder que tiene sobre el público, quien agradeció con euforia su entrega.

Tras esta pieza apareció otro de los invitados estrella, el brasileño e inseparable amigo de Tobias, Andre Matos. Interpretaron a dueto una de las baladas clásicas: Inside. Aunque a decir verdad, el público la cantó casi completa. A esto le siguieron unas palabras en español por parte de Andre, que, cómo no, todo el público mexicano agradeció de gran manera, pero no tanto como el momento en que él mismo comenzó a ondear una bandera de México en la siguiente canción: No Return, un corte clásico de power metal, que si bien no es mi favorito, en vivo tuvo un gran poder.

De antemano había una decepción: Bob Catley no vendría a México, por lo que se ponía en riesgo la interpretación de la siguiente canción. Tobias ofreció cantarla solo, y así lo hizo, no sin el coro de todo el recinto. The Story Ain't Over, fue una power ballad sumamente emotiva aunque faltara la voz de Catley.

La velocidad regresó con Shelter from the rain, a la que no le faltó ni por un instante la voz del renegado del metal, Michael Kiske. Andre, Tobias, y el no menos calvo que Sammet, Olli Hartmann, supieron encarar perfectamente la canción. Pero después de eso llegó el momento más temido por todos los fundamentalistas anti mercado: Lost in Space, una canción que Tobias se encargó de defender a capa y espada. Lo mejor del caso fue que todos se olvidaron de lo comercial que puede resultar la canción, y eso logró que ésta fuera una de las canciones más coreadas de la noche.

Dada la presencia de Hartmann era casi imposible que no tocaran I don't believe in your love. Lo mejor de la canción: el épico "Don't give a fuck for roses". Pero luego de eso vino uno de los momento álgidos de la noche. La canción que todo fanático de Avantasia sueña con escuchar en un concierto: Avantasia. El Circo Volador coreó a viva voz el inmortal estribillo como era de esperar, hasta que la mítica canción terminó, para dar paso a otro viejo conocido del primer disco, Serpents in Paradise, canción más que perfecta para el resucitado Jorn Lande, quien continuó mostrando que en vivo es todo un maestro a la hora de interpretar canciones rockeras, con esa voz desgarrada y poderosa que lo caracteriza, y que nos dejó disfrutar en la siguiente canción, que resultó un tanto paradójica. A mi gusto, Promise Land, fue la gran faltante en el último disco, la mejor canción de power metal en los EPs y en The Scarecrow. En vivo resultó excelente, pero lo más triste del caso es que casi nadie la conocía... Un dato curioso es que en una parte del puente de la canción, Sammet pareció llorar. Eso, o se le acabó la voz.

La banda se retiró durante un rato, para dar inicio a la parte final del concierto: los encore. Y no pudo empezar mejor: The Toy Master, con Sammet vestido de acuerdo a la ocasión, supo imprimir una fuerza enorme al tema ante la falta de Alice Cooper. Musicalmente fue de lo mejor de la noche, si no es que lo mejor, pero, nuevamente, el público se quedó mudo ante mi sospecha y mi frustración. Para rellenar ese hueco de incultura, le siguió la canción favorita de los caballeros, Farewell, interpretada por Sammet a dueto con Amanda Somerville, quien se llevó la noche. Ésta sí fue de gran aceptación por el público, afortunadamente, aunque quizá se debió a Amanda y no tanto a la canción en sí.

Para terminar el concierto se tocó Sign of the cross, con todos los músicos. Fue un momento épico que concluyó con el coro de The seven angels, aquella canción tan épica y magestuosa del segundo disco, cantada por todos y cada uno de los músicos: Tobias Sammet, Andre Matos, Jorn Lande, Oliver Hartmann y Amanda Somerville.

La adrenalina al salir de un concierto obliga a la gente a pensar que cada uno ha sido el mejor de su vida. Sin embargo, esto se convierte en una ley, una apreciación objetiva, cuando se trata de Avantasia, porque no importó nada: México, un país de tercer mundo, tuvo el privilegio de ser de los únicos en poder escuchar a ese conjunto de grandes músicos que es Avantasia, ante la envidia de muchos más países. La experencia de ver a Avantasia en vivo no fue la de ver a cualquier grupo en un tour, sino la de ver la primera y única gira del mejor de los grandes conjuntos de metal. Con esto, uno ya puede tener algo que contarle a sus nietos: no todos los días se ve al conjunto que cambió al metal del nuevo siglo.

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miércoles, 4 de junio de 2008

Within Temptation - The heart of everything (2007)

A la fecha Within Temptation es de esos grupos que en realidad no necesitan mayor presentación. Desde que aparecieron en la escena musical, su impacto fue tremendamente acelerado. En esa lógica, es inevitable pensar si había algo en ellos distinto a lo demás. A decir verdad, su primer disco, lejos de ser una innovación dentro de la escena metalera, fue una pieza dentro del entramado gótico de la época. En aquel tiempo Within Temptation contaba con growls y una delicada voz femenina que, por suerte, no pretendía ser excesivamente perfecta o técnica. Quizá fue eso lo que distinguió en primera instancia a este grupo de holandeses.

Su segundo disco fue un cambio radical en la forma de hacer música para Within Temptation, pues dejaron atrás su pasado gótico y se enfocaron más en el estilo sinfónico. Mother Earth, es, para muchos, su mejor disco, sobre todo para los fundamentalistas de la banda. Este disco presentó elementos por demás interesantes, y una propuesta más sólida. Y es que a diferencia de muchas bandas, Within Tempation, contrario a lo que se pueda creer, no creció bajo la sombra de Nightwish, y Sharon den Adel no fue víctima de interminables comparaciones con Tarja Turunen.

Con The Silent Force la música volvió a cambiar hacia terrenos más comerciales, y supuso otra transformación de la banda. La misma Sharon den Adel empezó a calificarse, más bien, como una cantante de rock sinfónico. De cualquier manera, un acierto de aquel disco fue el nuevo dinamismo impreso en las canciones, pero que no se vendría a confirmar del todo sino hasta su último material: The Heart of Everything, el disco que nos disponemos a reseñar a continuación.

The Howling es la canción con que abre este álbum, y se trata de un track sumamente poderoso, sinfónico y melódico, pero con una fuerza que no habíamos escuchado hasta ahora. Además de eso, podemos notar un estribillo muy bien trabajado y pegadizo, como debe ser todo buen coro. Sharon den Adel está perfecta, porque demuestra la versatilidad que tiene su voz. Creo que no habría mejor manera de iniciar el disco.

Con What have you done? Asistimos al encuentro de un sonido diferente para Within Tempation, aunque la línea melódica no se aleja, vemos que la base rítmica es más fuerte que antes, teniendo más presentes unas guitarras graves. Este tema es un dueto vocal entre Sharon y Keith Caputo, que funciona muy bien, a pesar de las críticas que pueda recibir. ¿Es un tema comercial? Sí que lo es, pero ya muchos rockeros o poperos quisieran hacer la mitad que esto. El tema, en resumen, es una perfecta continuación del primer track.

A continuación llega uno de los singles de este disco, Frozen, que es algo así como un medio tiempo, o en todo caso una balada, profundamente emotivo y con un estribillo hermoso. A mi juicio, aquí está una de las mejores interpretación de Sharon en toda la historia del grupo. El tema es sutil y perfecto, demostrándonos así, hasta el momento, una solidez importante a lo largo del disco.

Our solem hour es, sin duda alguna, de lo mejor que tiene el disco. Éste tema sigue la línea del viejo Within Temptation, con algunos toques nuevos, pero con mucho más poder. El estribillo es perfecto, tanto por su melodía, como por las partes en latín y por los coros que aparecen en el fondo. De elegir una sola canción del disco, elegiría ésta.

La siguiente canción es la que bautiza al disco. The heart of everything comienza con cierto aire dramático y unas guitarras pesadas. Parece que tras varios discos, Within Temptation descubrió que ese algo que le hacía falta a la banda era una base más sólida en lo que se refiere a las guitarras. Por otro lado, el tema es nuevamente muy melódico, aunque un tanto más crudo que los anteriores. Resulta también muy destacable el hecho de que aquí podemos escuchar dos facetas de la voz de Sharon. Mientras muchas se contentan con un tipo de canto, ella prefiere arriesgar y mostrar todo lo que puede hacer.

Hand of sorrow es del tipo de canciones en que uno encuentra pasajes poderosos, como sutiles. La canción es muy efectiva, sobre todo por el estribillo, que se encuentra entre los mejores del disco. Creo que ésta es la canción más clásica en todo este trabajo (salvo por Forgiven, la pieza con que cierra este álbum).

The Cross siempre me pareció una canción muy curiosa, hasta extraña. No sé por qué. Y por lo mismo me costó tomarle gusto, pero con el paso del tiempo acabó siendo una de mis favoritas, tal vez porque, por alguna extraña razón, me divierte bastante. No sé si es de lo mejor del disco, pero creo que es el tema más particular del disco. Eso sí, con esta canción, Sharon le puede cerrar la boca as los que dicen que no tiene voz.

El disco, me parece, es muy consistente hasta Final Destination. No es que ésta sea una mala canción, pero a veces resulta como un resumen de todo lo que ya habíamos escuchado con anterioridad. Y, a diferencia de las demás canciones, ésta no resulta del todo memorable.

No me pregunten por qué, la voz de Sharon en All I need, al principio me recuerda a algún anime. Creo que funcionaría muy bien… de cualquier manera, esta canción es, al igual que Frozen, tremendamente emotiva. La particularidad de este tema, es que es aún más íntimo que el anterior, y sí es una balada en toda regla. Una de las mejores de Within Temptation, a mi gusto.

Con siete minutos, The truth beneath the rose es la canción más larga del disco. Tiene cierto aire a Mother Earth (el álbum, no la canción). Tal vez los fanáticos de antaño se complazcan al escuchar esto. A mí me parece que no es la canción más destacable del disco, pero sí me parece que, musicalmente hablando, es muy interesante.

Forgiven es una canción sencilla en la que los protagonistas son Sharon, su voz y un piano. En ciertas partes puede resultar a Our farewell (muy superior, por cierto) del disco Mother Earth. El tema es calmado y bello, aunque, a decir verdad, me parece tremendamente soporífero. No creo que haya sido la mejor elección para finalizar el disco.

The heart of everything tiene elementos que me obligan a pensar que éste es el mejor trabajo del grupo. Dicen muchos que es muy comercial, y demás. A estas alturas creo que deberíamos olvidarnos de eso, porque si el mercado existe es para intercambiar mercancías por dinero. Éstas tienen que satisfacer necesidades, y al parecer los metaleros trve aún no entienden que no todo en la vida son los primeros discos de Iron Maiden, y que hay más gente que puede disfrutar discos como The heart of everything. Esa clase de gente, en cambio, podría poner en su iTunes el primer disco de Gamma Ray durante toda su vida con tal de que dejen disfrutar de piezas distintas que no caigan en la pretensión del “metal verdadero”. Precisamente lo mejor d este trabajo son los estribillos, de otro modo, ¿cómo uno podría acordarse de lo que escuchó si no es por un buen coro que se acompañe de una música interesante?

El único pero que le pongo a The heart of everything es Forgiven. De ahí en fuera, vale mucho la pena escuchar este disco.

9.1/10

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