domingo, 28 de diciembre de 2008

Mejores 10 discos del 2008 by Cronos

Disclaimer: La posición 10 es un filler, no está el disco de Ayreon porque por una u otra razón no lo pude escuchar bien. Por lo que espero que no haya comentarios tipo "ZOMG!!!! DÓNDE DEJASTE A AYREON!?!?!?! :S".

Posición: 1
Álbum: Insurgentes
Artista: Steven Wilson
Género: Inclasificable (no todo lo raro es progresivo, entiendan)
Calificación: 9.68/10

Si hay algo que sorprende de Steven Wilson es que es acaso uno de los músicos más prolíficos de la escena actual del rock. Año con año, literalmente, nos da muestra de su talento, ya sea con lanzamientos de Porcupine Tree, de No-Man, Blackfield, o sus andanzas como productor. Este año no se conformó con Schoolyard Ghosts, sino que, inspirado en la avenida más grande de la Ciudad de México, lanzó un disco solista que destaca por la belleza de sus composiciones. Todos los temas sin excepción alguna – algunos menos destacables que otros, eso sí – son prueba de la maestría de este individuo para crear sonidos que evocan ambientes como sentimientos. Insurgentes es un disco que lo tiene todo, desde canciones épicas como No twilight within courts of the sun, pasando por la potente y hermosa Harmony Korine, y temas que simplemente se pueden definir como geniales, tales como Insurgentes y Veneno para las hadas.

Steven Wilson es sinónimo de calidad, y con este trabajo lo ratifica. Si bien puede ser un disco no tan ligero, es quizá una de sus composiciones más interesantes. Eso sí, el género del trabajo es difícil de dilucidar. Algunos dicen que tiene muchos elementos de shoegaze, pero eso es parcialmente cierto sólo en Harmony Korine. También comentan que es industrial, pero acaso es una influencia. Destaca, además, el uso constante del efecto noise. Tampoco es rock progresivo típico. Quizá simplemente podemos decir que es bello.



Posición: 2
Álbum: The Scarecrow
Artista: Avantasia
Género: Power metal/ Hard Rock
Calificación: 9.6/10

Por una u otra razón Tobias Sammet se está quedando calvo. Quizá es por el look emo que adoptó al inicio de este año para promocionar Avantasia o por el exceso de trabajo – actualmente ya está trabajando en el cuarto disco. Lo que es cierto es que este joven alemán es otro de esos músicos difíciles de encontrar, porque es capaz de entregar grandes discos en muy poco tiempo. Avantasia no es ningún proyecto sobrevalorado como dicen muchos elitistas, sino el supergroup que fue capaz de revolucionar a un sector importante del power metal. Fiel a su principio de evolucionar constantemente y no repetirse, este año Tobias Sammet nos entregó The Scarecrow, el tercer disco de Avantasia, con nuevos músicos y cantantes invitados, entre los que destaca el genial Jorn Lande. Lo que sorprendió a muchos fanáticos del power metal más clásico fue que este disco dejó de lado las estructuras épicas que caracterizaron a los primeros dos discos. Se le ha tildado del peor álbum, de comercial, pero lo cierto es que es, a la fecha, el mejor trabajo de Avantasia y quizá de Sammet. El power metal sigue presente con Devil in the belfry, Shelter from the rain y Another angel down. El track épico es el que le da nombre al disco. Si queremos algo diferente: Twisted Mind y The toy master, ambos temas con un aura incierta y genial. La baladas: Cry just a little y What kind of love. La hardrockera I don’t believe in your love.

Lo que sí podríamos condenar de este disco es que, habiendo lanzado dos EPs con grandes canciones, no se incluyeran temas tan geniales como Promise Land o The story ain’t over. De cualquier forma, quizá éstas comprometían la narración de este trabajo, que, por cierto, es infinitamente mejor que la historia a lo calabozos y dragones de los primeros dos discos.



Posición: 3
Álbum: Who’s the boss in the factory?
Artista: Karmakanic
Género: Progressive rock with jazz influences
Calificación: 9.5/10

Karmakanic debe ser una de esas bandas poco conocidas en el mundo mainstream. Se trata de un conjunto sueco que hace un rock progresivo clásico con marcadas influencias de jazz. Una combinación que se amalgama a la perfección en este disco que tiene todo lo que se puede pedir: un par de canciones largas con pasajes instrumentales brillantes y cambios de ritmo, otras muy emotivas, y otras animadas. El optimismo es lo que permea a este trabajo, aunque el final es más bien melancólico. Un trabajo compacto donde se hace difícil destacar un tema sobre otro – lo cual es absolutamente genial. Los temas épicos no son pretenciosos. Send a message from the heart es portentosa, lo mismo sublime que potente. Who’s the boss in the factory? es incluso más épica aunque en un principio parezca menos espectacular y ambiciosa. La melodía trabajada junto al saxofón en Two blocks from the edge es lo que en inglés se diría un eargasm.

Personalmente debo decir que cuando perdí la esperanza en el año en cuestión musical, apareció este disco para salvar a esta lista de otros discos que simplemente se hubieran colado para llenar un espacio que no les corresponde. Lo que más me pudo gustar es la combinación del rock progresivo con el jazz sin que esto sonara demasiado sofisticado. A veces los intentos por amalgamar géneros que de por sí son pedantes suele quedarse en una mera pretensión.


Posición: 4
Álbum: North
Artista: Everon
Género: Progressive and symphonic rock
Calificación: 9.4/10

En este mismo blog había dicho que éste era el disco del año, pero después de toparme con la discografía entera de Everon (lo cual, por cierto, es incluso complicado para Google) me di cuenta de que tenían mejores trabajos y que éste era otro disco, digamos, promedio para estos alemanes – lo cual es impresionante por la genialidad de este grupo – y que está lejos de ser la obra maestra que es Fantasma. Lo que sí resulta impactante de North es que con respecto a la discografía de esta banda, este álbum ofrece un estilo renovado, con sonidos más modernos, y como ejemplo tenemos South of London. Lo que caracteriza a este disco, como a la mayoría de la música de Everon, es un aura nostálgica, producto del tímido virtuosismo de los músicos, de la melancolía propia del líder Oliver Philipps, y las atinadas orquestaciones que hacen de Everon ser lo que es.



Posición: 5
Álbum: Tinnitus Sanctus
Artista: Edguy
Género: Heavy Metal/ Hard Rock
Calificación: 9.3/10

Nuevamente Sammet en el top ten. No se podía esperar menos de él. Como siempre, este alemán es polémico por hacer la música honesta que a él le gusta. Como ya es costumbre, este disco también fue tachado de comercial o incluso de ser glam rock. Sammet está cansado del power metal clásico, y es por eso que en este disco incluyó muy poco, y salvo temas como el maravilloso Speedhoven o la curiosa The pride of creation contienen estructuras típicas del power. Lo demás es puro heavy del bueno y un bonus track country. A diferencia de The Scarecrow la temática de las letras en este trabajo es mucho más relajada, lo que quizá es uno de los puntos débiles en algunos momentos de este disco. De cualquier forma es sumamente recomendable. Abstenerse trve fucking power metal fanboys.


Posición: 6
Álbum: Watershed
Artista: Opeth
Género: Progressive death metal
Calificación: 9.1/10

Lo curioso de este disco es que se coló a Internet como cuatro meses antes de que saliera a la venta. La alineación cambiante de este grupo sueco no impide que disco tras disco nos ofrezcan álbumes que están por encima del promedio y que en sí mismos son muy valiosos. El sonido de Opeth es inconfundible: geniales growls y una voz “normal” preciosa de Mikael Åkerfeldt, canciones largas con pasajes instrumentales brillantes, agresividad y belleza al mismo tiempo, influencias de todos los géneros, incluso del jazz (muy notorio en la hermosa balada del disco, Burden). Es un buen disco, de eso no queda duda, pero tampoco es lo mejor que Opeth nos ha dado a lo largo de su carrera, ya que fácilmente es superado por su obra maestra, Still Life, o por Ghost Reveries, ambos discos conceptuales – el último con una canción colada que Åkerfeldt quería poner sí o sí. La mayor debilidad de este trabajo es, quizá, el carácter inconexo de sus temas. No obstante, esto es una apreciación personal, porque que haya canciones como The Lotus Eater o Burden, reivindican a cualquier disco.




Posición: 7
Álbum: Symphony
Artista: Sarah Brightman
Género: Opera pop/ Classical crossover/ One gothic song
Calificación: 8.9/10

Éste es un disco que por una u otra razón (olvido más que nada) no reseñé en este blog. Nunca he sido fanático del canto lírico ni de la ópera o la música clásica, quizá porque yo soy más mundano o porque detesto el elitismo. De cualquier forma éste es un muy buen disco, quizá de lo mejor que ha sacado Sarah Brightman en un buen tiempo. Si algo me gusta de esta mujer es que si bien tiene una de las más hermosas voces líricas, canta también pop sin ninguna queja (no como Tarja que canta Nirvana como si fuera La Traviata) y es genial. Algunos enfermos dicen que éste disco es de gothic metal, en realidad sólo tiene una canción de rock sinfónico con influencias góticas. Fleurs du mal (sí, Baudelaire obsesiona a quien sea). Lo demás es lo típico que te puedes esperar de esta inglesa: baladas, canciones pop, duetos con algunos virtuosos (el tenor Andrea Bocelli, el contratenor Fernando Lima). Mención aparte merece I will be with you (where the lost ones go) a dueto con Paul Stanley, conocido por su participación en Kiss, en lo que es la mejor canción del trabajo. Un disco bello cuyos únicos inconvenientes son las canciones soporíferas que de rato en rato aparecen en el medio de los buenos temas y el hecho de que sea de puros covers, a excepción de las canciones góticas.



Posición: 8
Álbum: When the city is quiet
Artista: Ebony Ark
Género: Power progressive metal
Calificación: 8.6/10

Ebony Ark es un grupo español con una cantante que tiene un inglés bastante aceptable. Eso ya es bastante meritorio teniendo en cuenta el paupérrimo inglés que muchos españoles hablan. Por otro lado, la música de este grupo, sobre todo en este disco, es fresca y sin mayores pretensiones, a veces tirando más hacia el lado power que al progresivo. Lo mejor, a mi gusto, es la vocalista, ya que si bien es una mezzosoprano que podría cantar cómodamente con sus tonalidades líricas (que demuestra al fondo de unos temas) prefiere una faceta más rockera, agresiva y hasta violenta.

Éste es un trabajo melódico, muy disfrutable, que fluye con facilidad y que tiene momentos muy buenos como For You, acaso una de las mejores baladas de todos los discos aquí listados. Incluso el bonus en español es realmente bueno. Lo que sí da pena es que en una canción se escuchan unos growls sumamente amateurs.




Posición: 9
Álbum: El Reino Olvidado
Artista: Rata Blanca
Género: Heavy metal/ Hard Rock
Calificación: 8.4/10

Rata Blanca es, quizá, la banda más importante de Argentina – más allá de los santones de Soda Stereo y demás “rockeros” que injustamente se adjudican el término. Allá los odian por ciertas actitudes del guitarrista, en México, aunque tímidamente, los aman. Son una banda consagrada, de ésas que ya hacen música sólo por el gusto de hacerla o porque sienten que eso de ser veteranos tiene estilo. Walter Giardino es uno de los mejores guitarristas que ha dado el continente y Adrián Barilari es un maestro en vivo a pesar de estar ya grande. El Reino Olvidado es su décimo disco como tal y se destaca por el sonido que ha caracterizado a la banda desde que se volvieron a reunir con El Camino del Fuego. Hard Rock potente, piezas melódicas y poderosas, todas con solos de guitarra caídos del mismo cielo de los héroes del instrumento. Este disco, de cualquier forma, es menos potente que el anterior, La llave de la puerta secreta, y su temática gira mucho en torno al rock y hacia las críticas que Giardino hace sobre la música mainstream o los grupos que de una u otra forma llevan injustamente el adjetivo rock tras de sí. Obviamente éste no es el disco con el que hay que empezar a escuchar a Rata Blanca, pero dentro de toda su discografía es bastante recomendable.



Posición: 10
Álbum: Revolución
Artista: WarCry
Género: Heavy metal/ Kinda power metal too and a Dream Theater rip-off
Calificación: 8/10

La única revolución de este disco, para que quede en claro, fue la que hubo al interior de la banda con media agrupación fuera que acabó formando una banda de pop rock llamada Sauze. Un nuevo equipo se integró a Warcry, lo que quizá produjo cierto desequilibrio en la dinámica de esta banda asturiana. ¿Dónde está la luz? Fue una obra maestra, Revolución es un buen disco a secas, con algunas canciones interesantes como Coraje, Absurda Falsedad y Abismo (un homenaje a Dream Theater), y otras que de plano son malas: Invierno en mi corazón y La vida en un beso. El disco funciona porque tiene varios temas dinámicos y arquetípicos de WarCry. Otro de los grandes problemas son las letras, que con respecto a discos anteriores bajaron demasiado su nivel, al grado en que bien pueden aparecer en alguna página web de poesías gratis: son cursis más que románticas. Reitero, no es un disco malo, pero sí promedio.

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domingo, 7 de diciembre de 2008

Steven Wilson - Insurgentes (2008)


“Feel, no shame, too brave
Feel, afraid, to wait forever”

A estas alturas de la carrera de Steven Wilson no resulta increíble lo respetado que es en casi cualquier círculo musical: desde death-metaleros a progres cincuentones, no hay persona que no reconozca la calidad de este músico cuya principal característica ha sido el arduo trabajo que realiza en cada uno de sus proyectos año con año. Y no es de extrañarse que haya producido discos de bandas legendarias del rock progresivo como lo es Marillion (Marillion.com, 1999), hasta discos de death metal como el genial Deliverance (2002). Tampoco debe sorprender que tenga una discografía superior a los 50 discos, entre discos de estudio, en vivo, participaciones y las discografías de sus principales proyectos.

Este señor a sus escasos cuarenta y un años ha hecho mucho más que muchas supuestas leyendas del rock, ha creado obras maestras del rock progresivo como The Sky Moves Sideways (1995), hasta discos completamente ambientales e instrumentales como Molotov and Haze (2008). Y qué decir de sus dos principales proyectos por así decirlo, Porcupine Tree y Blackfield, que cada uno por sí mismo tiene un valor artístico inigualable. Steven Wilson pareciera ser el sueño colectivo de todos los amantes de la música como arte, no es posible que en una sola persona haya tanto talento, creatividad y unas ganas de expresarse artísticamente virtualmente ilimitadas.

No satisfecho con todo lo que ya ha logrado, este 2008 ha sacado un disco a su nombre, intitulado Insurgentes. Disco soberbio, que logra encontrar un punto de equilibrio para poder contener en él prácticamente todos los géneros que Steven Wilson ha tocado a lo largo de su carrera. Y haciendo alarde de capacidad creativa, el señor Wilson nos entrega un disco por encima del promedio, con una facilidad que espanta.

Lo que más le debe de llamar la atención a un mexicano es el nombre del disco, que se inspira directamente de la caótica y polifacética avenida de los Insurgentes. Y es que, en sus propias palabras:

“La razón principal por la que titulé así a Insurgentes es porque si tú recorres la Ciudad de México verás esa palabra escrita todo el tiempo y yo no sabía por qué, hasta que pregunté y me respondieron que era la calle más grande de ésta ciudad. Y porque el verdadero significado de Insurgentes es rebelión, una sublevación ¡un levantamiento! Y esa es la manera en la que yo me veo e identifico como músico, poco convencional, en esta era en todo parece estar regido por “American Idol”, Mtv. [...] Aún hay gente como yo que se interesa en hacer música fuera del “mainstream” en donde hacemos discos y música porque pensamos que es arte [...] somos un tipo de rebeldes de alguna manera, somos una especia de INSURGENTES de esta era musical que estamos viviendo.”[1]

Y sí, aunque, la principal falla del disco es que es un disco orientado a canciones, no a un álbum como un todo. Insurgentes es una colección de canciones sin relación entre sí que demuestran la belleza de la música de este señor.

La canción con la que abre el disco es Harmony Korine que me recuerda mucho a Once de Blackfield II (2007), en lo potente de las guitarras y en la dualidad entre la belleza en las melodías y el poder en los riffs. Es una de las mejores canciones del disco, y excelente para abrirlo. La segunda canción, Abandoner, nos muestra otro lado de la música de Wilson, su pasión por crear ambientes y transportarte a otros lugares a través de su música. Lo mismo sucede con Salvaging, la canción más larga del disco, y que es una referencia directa a Sever de Signify (1996).

Veneno Para Las Hadas, es probablemente mi canción favorita del disco, otra referencia directa a una canción de Porcupine Tree, en este caso a The Moon Touches Your Shoulder del ya mencionado The Sky Moves Sideways, sólo que a diferencia de ésta, Veneno Para Las Hadas mantiene una misma atmósfera durante toda la canción. La letra es preciosa, y el título en español de la canción fue algo que me agradó.

Otra de las mejores canciones del disco es, No Twilight Within the Courts of the Sun, canción que al principio parece dar la impresión que es de esas piezas épicas de Wilson, completamente instrumentales, pero que por la mitad deja de serlo. Es genial, y tiene el sello característico de este genio. Significant Other, la sexta canción del disco es hermosa, con vocalizaciones de una artista invitada, y una de las pocas canciones de este tipo (en cuanto a temática) de Steven.

Only Child es una canción bastante promedio para este señor, lo que a mí particularmente me llamó la atención fue la “fresa” de Coyoacán hablando casi al final de la canción, ¿la posible novia de Wilson? La octava canción del disco es Twilight Coda, pieza calmada y completamente orientada a crear un ambiente, ésta al igual que Get All You Deserve crean un ambiente obscuro, sólo que la novena canción del disco no es completamente instrumental, y para el final se escuchan elementos de noise.

El disco cierra con la canción del mismo nombre del disco, Insurgentes, otra pieza calmada y cuyo instrumento principal es un piano; en mi opinión es perfecta para cerrar este álbum ya que resume lo que es el disco en sí: cincuenta y cinco minutos de belleza.

El disco es posiblemente uno de los mejores discos del año, pero está lejos, muy lejos, de los mejores trabajos de Steven Wilson. Yo le doy 4.4 estrellas.

Mención aparte merece todo el pleito que tiene este señor con los iPods, en fin, nadie es perfecto, sólo diré que la música es música, lo demás es falsedad, y nadie en este mundo sabe esto mejor esto que él.

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