martes, 26 de febrero de 2013

The Raven That Refused To Sing (And Other Stories) [FLAC] (2013)




El compositor de origen ruso, Igor Stravinsky, alguna vez dijo: «Yo soy un inventor de música». Una sencilla oración que resume todo lo que un compositor debe ser; sin embargo Stravinsky fue uno de los últimos prodigios de la música clásica, su contexto fue previo a los grandes avances tecnológicos que vendrían a revolucionar la manera en que la música es creada así como su disponibilidad. Dentro de esa liga de músicos preternaturales se encuentra Steven Wilson, un inventor de música que se reinventa a sí mismo cada vez que entrega una grabación nueva. En esta ocasión su más reciente disco The Raven That Refused To Sing (And Other Stories) pone a prueba su capacidad de plasmar en composiciones las cosas que él escucha en su cabeza. Y es que, como él mismo nos comenta en esta entrevista: "(...) you can never really capture in any song or album what you heard in your head. You can’t; you can’t do it with writing or painting, either", o en castellano, uno nunca puede en realidad capturar en una canción o disco lo que escuchaste en tu cabeza. No puedes; no puedes hacerlo tampoco al escribir o pintar.


Otro de los retos para él en este disco fue el escribir música específica para instrumentistas más proficientes en sus respectivas herramientas de trabajo. Y es en este sentido que el disco cuenta con un alto grado de complejidad tanto en las composiciones como en la interpretación que cada músico nos entrega. Son seis canciones, donde la mitad rebasa la marca de los diez minutos: Luminol. The Holy Drinker y The Watchmaker. Y aunque la abridora del disco ya había sido presentada desde la gira de Grace For Drowning la versión final viene a dignificar aún más esta gran composición que va del progresivo al jazz con un bajo magistral —mismo que le da una presencia increíble a todo el disco. La encargada de cerrar es la homónima del disco, una pieza calmada que explora de manera comprensiva el romance entre Wilson y la melancolía; y es que como afirmara el poeta francés, «La melancolía es la felicidad de estar triste».


Ahora que SW es aclamado de manera unánime por la prensa especializada, y ya que este disco ha recibido incontables reseñas favorables: me reservo el derecho de calificar públicamente TRTRTS (AOS). Y aunque bajo mi parcialidad musical el disco es una de las mejores entregas de Steven no considero que sea adecuado perder la mesura y definir al disco —a estas alturas— como una obra maestra, como ya se le ha calificado. Por otro lado, Steven nos pide que compremos alguna de las muchas ediciones de este álbum, que porque si no se queda sin 'almuerzo'. Y considerando que si compran el disco podrán leer alguno de los trabajos de ficción que escribió para el disco, supongo que no será una mala inversión. De cualquier modo, considero pertinente dejar enlances para descargar en FLAC (el mejor formato disponible) esta joya de la música contemporánea.

 El señor Wilson habrá de ser reconocido de manera especial por su profesionalismo, dedicación, honestidad, elegancia, y sobriedad para desempeñar esta profesión. Espero que ya tengan sus boletos para el próximo catorce de mayo, cuando se presentará una vez más en el Teatro Metropolitan.



Descarga la primera parte en FLAC aquí.

Descarga la segunda parte en FLAC acá.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Top 10 de Discos en el 2012.

Otro año musical se ha ido, y mientras las masas encuentran satisfacción en la música comercial que viene acompañada de alta exposición mediática —y que a mi gusto es cada vez más detestable, mediocre, sin chiste, y falsa—, otros más vivimos en una era de cornucopia  musical independiente a través del Internet. Y aunque bandas 'importantes' como The Mars Volta o Muse compartieron nuevo material en este año que termina, lo cierto es que para mí —alguien obsesionado con la música—, lo mejor de este año lo hicieron las bandas poco conocidas —excepto en aquellos círculos, limitados en número, en donde se aprecia la psicodelia, el stoner, el space, el  kraut, el doom y el metal, por encima del resto de los géneros— y obscuras. Bandas que por lo general hacen poco uso de la convención estética de voces limpias y melódicas, pero que expresan miles de universos de emociones a través de guitarras, bajos, baterías, amplificadores, y cualquier otro recurso técnico-artístico que le permita a estos músicos posmodernos ser un medio para la manifestación creativa.

Escribir sobre música es pretencioso. Más si no eres un músico como tal. Más si intentas hacer de la tarea una descripción minuciosa de lo que la música significa para ti y todo lo que representa en tu subconsciente y en tus emociones. Y es que, si la interpretación musical es subjetiva, la apreciación musical lo es más. Más pretencioso aún es querer calificar todo el material musical que conociste este año, y decir que 'x' es mejor que 'y' basado únicamente en tu opinión y tu conocimiento musical amateur...

...sin embargo es adecuado —y esta lista tiene como fin principal dar a conocer nuevas bandas y propuestas musicales-estéticas— por eso aquí está mi lista de los mejores diez discos del dos mil doce:

   

10. Nomega,'Deimos'.

(Rumanía) |Psychedelic Rock| 69 minutos
Este disco lo reseñé hace un par de meses, es un disco que como muchos de los álbumes de esta lista mezcla una gran cantidad de géneros, por lo que querer hacer algún tipo de clasificación al final no te dice nada relevante. Afortunadamente como la mayoría de los discos de esta lista, lo puedes escuchar de manera gratuita en bandcamp.
Da click para escuchar.





9. Vibravoid, 'Gravity Zero'.

(Alemania) |Psychedelic Rock| 59 minutos
Éste es rock psicodélico del vintage, del que se fue perfeccionando en los noventas con bandas como The Brian Jonestown Massacre y que vino a resurgir poderosamente en la década pasada. Y esta 'bandita' es la voz profética de la psicodelia y el viaje. Recuerden que si están en Prog Archives seguramente valen la pena.







8. Between the Buried and Me, 'The Parallax II: Future Sequence'.



(E.E.U.U.) |Prog metal|  73 minutos
En la octava posición está otro disco del cual también escribí una reseña este año. Decir que son una de mis bandas favoritas es poco, y sin embargo creo que su legado ya empieza a ser difícil de no notar, incluso para quienes este estilo de 'voz' sigue costando mucho trabajo para digerir.







7. Stoned Jesus, 'Seven Thunders Roar'.


(Ucrania) |Psychedelic Rock| 47 minutos
Otra banda europea que fusiona géneros, ellos fusionan 'stoner' con influencias de 'doom' y del 'hard rock' de los 70's. Obviamente les encanta la marihuana y el viaje, y a quién no. Su nombre comparte el mismo concepto en el nombre de otra banda, Jesus on Dope, banda que creo es mejicana. La verdad es que Stoned Jesus me gusta más, y musicalmente me impresionaron bastante. 
Da click para escuchar.





6. Summoner, 'Phoenix'.

(E.E.U.U.) |Stoner Rock| 49 minutos
Esta banda antes se llamaba Riff Cannon, y en el 2009 compartió Mercury Mountain —que a mi parecer es un gran disco. Este año lanzaron Phoenix bajo otro nombre, como si así renacieran de las cenizas de su banda anterior, y de paso nos entregaron una joya del rock pesado: con riffs de bajo y guitarra tan impresionantes y correctos que vuelven este disco imperdible y referencia obligada.
Da click para escuchar.





5. Ancestors, 'In Dreams and Time'.

(E.E.U.U.) |Prog Rock| 66 minutos
A mitad de la lista está un imponente documento del rock progresivo. Todo lo que un 'prog fan' pueda llegar a buscar —sí, incluso el sonido del mellotron que es obsesión de Steven— está contenido en este testimonio artístico, que además tiene la misión fundamental de celebrar al género mismo de una manera inteligente, bella y vanguardista.
Da click para escuchar.





4. Baroness, 'Yellow & Green'.


(E.E.U.U.) |Post Rock| 75 minutos
En mi review de este álbum comenté sobre lo imposible que se ha vuelto estar al tanto de un género musical, en especial porque las concepciones mismas de los géneros mutan de una manera rápida e imperceptible. Pero aún así es importante hacer el esfuerzo de buscar música nueva que cumpla con un cierto grupo de características para no perdernos de aquello que más disfrutamos en la música contemporánea. Cosas como este disco doble no merecen pasar desapercibidas.


 

3. Black Bombaim, 'Titans'.

(Portugal) |Psychedelic Rock| 65 minutos
Debo de reconocer, de antemano, que a partir de este punto la lista se vuelve completamente instrumental: música a la vanguardia de la exploración sonora. Estos portugueses ya nos habían avisado de su alcance con discos previos —les recomiendo mucho el 'sábados y viajes espaciales'—, pero es con Titans donde creo que logran su trabajo más sólido al intentar fusionar: doom, sludge, stoner, psicodélico, y progresivo.
Da click para escuchar





2. Radar Men from the Moon, 'Echo Forever'.

 (Holanda) |Psychedelic Rock| 51 minutos
Esto es lo mejor que la psicodelia puede ser: abstracta, melódica y ruidosa a la vez; como si toda tu atención consciente e inconsciente intentara dar algún sentido a una experiencia mística/cósmica en medio de un desorden galáctico inefable. La sublimación más bella de las emociones.
Da click para escuchar.







1. Hisko Detria, 'Static Raw Power Kraut'.

(Finlandia) |Psychedelic Rock| 49 minutos
Y en primerísimo lugar, este disco que fue producido con dinero de la banda, lanzado al mercado por los propios medios a los que los integrantes de la banda tienen acceso, y compartido al mundo de manera gratuita a través de la red. Además es de nórdicos. Una fina mezcla de shoe-gaze, kraut, y space rock setentero. Psicodelia pura.
Da click para escuchar.





Yo soy de los que creen que analizar la música que escuchas es un buen ejercicio de reflexión para tu propia humanidad. Y no hay nada más pretencioso que eso: cuestionar tu humanidad.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Hechizos, Pócimas y Brujería - Mägo de Oz (2012)

Mencionar a Mägo de Oz es poner sobre la mesa el nombre de una de las bandas más importantes en lo que se refiere al metal en español. Sería injusto y de ciegos miniminzar la trascendencia que esta agrupación ha ido erigiendo por más de veinte años y que logró posicionarse como uno de los grandes referentes tanto en España como en América Latina. Poco importa lo que puedan decir sus haters —los dogmáticos del heavy clásico, los que creen que hay una virtud intrínseca en ser under y que consideran que vender millones de discos es anatama, los que consideran que nada es lo suficientemente pesado para sus brutales oídos—, que no son pocos, pase lo que pase Mägo seguirá siendo la banda madrileña que abrió espacios, expandió las fronteras y que atrajo al mundo del metal a miles de personas que hoy quizá ya no los escuchan a causa de haber migrado hacia diferentes estilos, si cabe la expresión pedante, más refinados, o aquellos que siguen idolatrándolos como la primera vez que los escucharon.

No es extraño que en las bandas de metal haya constantes escisiones, pero la del 2011 sin duda cimbró a Mägo de Oz, así como a sus seguidores, porque el emblemático vocalista José Andrëa anunciaría su partida, primero en términos amistosos aunque más tarde nos enteraríamos del conflicto entre él y Txus, el líder y compositor de la banda. Más que verlo como una tragedia, esto debería entenderse como un alivio. Ahora José Andrëa está de lleno en su proyecto Uróboros, donde hace y canta la música que a él le satisface, un hard rock muy de los ochenta, mientras que Txus y los demás miembros de Mägo darían un salto cualitativo y sorprendente en Hechizos, pócimas y brujería. Tan solo faltaba encontrar un vocalista y, después de un casting, el elegido sería un chico conocido como Zeta que, en consonancia con las declaraciones previas de Txus, conservaría el estilo inconfundible de Mägo.

El nuevo disco, que viera la luz hace unas cuantas semanas, es una renovación total de una banda que desde Gaia I no había podido sacar un disco sólido. Las genialidades, como mucho, eran simples islas en un mar de complacencia y mediocridad. Con Hechizos, pócimas y bujería, Mägo de Oz se ha renovado por completo y suena más fresco y dinámico que nunca. Esto empieza a ser tangible ya desde la primera canción del álbum, El libro de las sombras, un tema en clave de power metal que remite al ya clásico La voz dormida en el que los elementos folk han sido reducidos a un mínimo necesario a favor de un mayor virtuosismo en la guitarra y una prominencia en los teclados, lo que será una constante a lo largo del disco. Quien escuche sin prejuicios y sin nostalgia esta canción, podrá encontrar en la voz de Zeta un acomplamiento perfecto al género que firmaría cualquier banda de power.

Si de algo adolecían los sencillos de Mägo era de las hipergastadas tonadas similares, prácticamente calcadas al carbón, de Molinos de viento o La fiesta pagana, plagadas hasta el cansacio de violines y flautas. Esto no pasa ni con Xanandra ni con Satanel, dos temas potentes y melódicos que por sí mismos son realmente destacables y en los que se encuentran las claves del nuevo sonido de Mägo, menos artificioso, mucho más fresco, más metalero. Todavía más sorprendente es la gran No pares (de oír Rock & Roll), que es un himno hardrockero en el que la voz de Zeta destaca como nunca, o la genial Sigue la luz con su inolvidable estribillo, un tema heavy que jamás habríamos esperado de la vieja aletargada y complaciente banda. A esto que se ha descrito hay que añadir un puñado de canciones que solo podríamos describir como bellas: la balada Quiero morirme en ti y el tema que da título al álbum, Hechizos, pócimas y brujería, que en sus ocho minutos conmueve y emociona tanto por su temática como al retomar lo mejor del viejo Mägo e imbuirlo del nuevo sonido.


En suma, Hechizos, Pócimas y Brujería es el mejor disco de Mägo de Oz en mucho tiempo y, sin duda, una de las más gratas sorpresas del año. Cuando nadie se esperaba semejante giro de tuerca en una banda que navegaba por los cauces más grises, a finales de 2012 nos entregarían una obra novedosa, diferente de todo lo que habían hecho hasta entonces, llenos de energía renovada y que, sin duda, se convertirá en un clásico de su larga discografía. En este punto sería ocioso el debate entre José Andrëa y Zeta: lo cierto es que el nuevo vocalista ha hecho un trabajo más que decoroso. A Zeta no hay que medirlo en función de su predecesor, sino de lo que él sea capaz de aportar a la banda.

Mägo de Oz, señores, ha vuelto.

lunes, 29 de octubre de 2012

Between the Buried and Me - The Parallax II: Future Sequence (2012)

Una de las bandas más seguidas por este blog sin duda alguna ha sido Between the Buried and Me, en parte por el fanatismo desmedido de este melómano incorregible, que celebra cualquier forma y presentación que exalte el pensamiento crítico, creativo y artístico. Y con esta banda no es para menos.

Desde aquél hermoso año del 2007 en el que escuché por primera vez Colors y quedé perdidamente enamorado de la propuesta estética de esta banda supe que se estaría hablando de ellos en los círculos del progresivo por muchos años. Ese disco en especial fue una obra maestra:
"¿Qué es Colors finalmente? Una canción de sesenta y cinco minutos, una obra conceptual excelsa, una obra de arte más allá de las ataduras del género o géneros que se le quieran poner a esta banda. Un disco que merece ser escuchado."
Luego llegaría su quinto disco de estudio, The Great Misdirect, disco al que critiqué por no ser perfecto como su predecesor, "porque una vez lograda la perfección, no se debe aceptar nada menos que eso". 

Luego el año pasado entregarían un EP, titulado "El Paralaje: Diálogos del Hipersueño". Este disco compuesto de tres canciones, siguió la línea de repetir fórmulas probadas y complacer a los seguidores. Siento que el propósito del estrenar estas tres canciones en dicho formato no fue otro que el sacar material para no perder hype. Quisiera aclarar, no son canciones malas, al contrario, el punto es que no se veía a la banda salir de su zona de confort, creativamente hablando (si es que eso tiene sentido).

A principios de este mes salió el más reciente LP de la banda, "The Parallax II: Future Sequence", un disco de más de setenta minutos que continúa con el concepto presentado en el EP. El disco abre con "Goodbye to Everything", con la voz de Tommy en su faceta melódica y además con un efecto de capas, quien se cuestiona sobre el estado de su conciencia a través de la letra, mismo que hará durante el resto del disco con una excelencia narrativa envidiable . De ahí el disco arranca hacia un viaje increíble a través de la mente y la percepción; las guitarras con el sello característico de Paul y el estrepitoso growl de Tommy —quien parece tener una garganta naturalmente apta para este estilo de canto— no podían estar ausentes


 La música de BTAM siempre ha dependido del punto de percepción del escucha, sin duda desde un cierto ángulo serán sonidos cacofónicos, estrepitosos y hasta molestos; y desde otro punto de percepción es la sublimación de las emociones todas en una aventura musical que embelesa el alma. Este disco no es la excepción, además de que regresan a la experimentación en sus composiciones y arreglos, y eso es algo que se agradece. No queremos verlos estancarse.

Para los que aún tenían dudas sobre la condición de Paul Waggoner como el mejor guitarrista contemporáneo, este disco los tendrá entretenidos un buen rato, ya sea para maravillarse con lo proficiente de su técnica y su creatividad como compositor, o para buscar qué criticarle (aunque dudo que objetivamente encuentren algo).

Sin más, aquí está el disco completo en una calidad aceptable:


domingo, 21 de octubre de 2012

Kent - Jag är inte rädd för mörkret (2012)

Kent es, por derecho propio, la más importante banda de rock alternativo de Suecia y quizá de toda Escandinavia. Si por algo se caracterizan no es solo por renegar del inglés en una industria monopolizada por este idioma, sino también por la capacidad de crear canciones de gran belleza que siempre se acompañan de letras de alto contenido poético. Su mejor disco hasta la fecha es el ya clásico Du & Jag Döden (Tú y Yo La Muerte), lanzado en el 2005 y con el que alcanzaron el punto máximo en sus composiciones de rock. Quizá Joakim Berg, el líder de la banda, entendió que sería muy difícil superar el nivel de grandes canciones como Du är ånga (Eres vapor) Den döda vinkeln (El ángulo muerto) y su gran himo, Mannen i den vita hatten (16 år senare) [El hombre del sombrero blanco (16 años después)], sin repetirse a sí mismo, por lo que a partir de los siguientes discos, específicamente desde Tillbaka till samtiden (De regreso al presente) comenzó a incluir elementos de música electrónica., en lo que sería un importante giro en los siguientes trabajos de la banda. Su disco más reciente, el décimo de una ya larga y fructífera carrera, Jag är inte rädd för mörkret, que en sueco quiere decir "No le temo a la oscuridad", no se escapa de esta tendencia, pero en él se pueden escuchar los sonidos clásicos de Kent conviviendo con su faceta electrónica, una esperada convergencia para todos los seguidores de esta banda.

El álbum no podría iniciar de mejor manera, y es que 999 no solo es la mejor canción de todo el álbum sino que es probablemente uno de los mejores temas de la historia de Kent. Más que un regreso a las raíces, se trata de un encuentro entre el pasado y el presente en una canción de prácticamente siete minutos que carece de estribillo y que es acompañada por una letra melancólica, por momentos devastadora, pero ante todo trabajada con la genialidad de quien ve en las palabras algo más que simples fonemas para rellenar los espacios monótonos de la canción.
Los sueños que soñamos vinieron del país fronterizo detrás del alambre de púas
Donde las trincheras se cavaron cuando alguien construyó el país mientras dormíamos
Ahora estamos despiertos pero no nos reconocemos
Han destruido nuestras calles,
quemado nuestros lugares de juego a los que salíamos de niños
Sin importar cuán lejos hayamos llegado
Siempre nos queda mucho
La creación poética dentro de los márgenes de las melodías, que al fin y al cabo son lo principal, es algo que pocos pueden lograr. Para Joakim Berg esto parece ser una suerte de talento natural que se materializa en canciones de gran belleza desde el punto de vista musical como lírico, como lo es Ruta 1, un tema atmosférico y de una estética minimalista que a través de bellos pasajes, también melancólicos pero a la vez esperanzadores, reflexiona sobre los senderos que uno toma en la vida.

Otros elementos característicos de esta faceta de Kent son un mayor uso de distintos layers de voz, lo cual ha sido una apuesta muy inteligente por parte de los músicos, ya que el sonido actual de la banda es mucho más profundo que en trabajos anteriores, lo que se refleja en temas como Jag Ser Dig (Te veo) y Färger På Natten (Colores en la noche). Mención aparte merecen la mejor canción uptempo del disco, Låt Dom Komma (Que vengan), un buen ejemplo de las influencias electrónicas de Kent, y la extraña y genial canción con que cierra este disco, Hänsyn (Consideración).

Una vez escuchando a conciencia este álbum, no es descabellado afirmar que, después de un recorrido por tres discos con tendencias electrónicas, Kent ha encontrado un sonido más que depurado y de muy alto nivel. No es extraño, por tanto, que Jag är inte rädd för mörkret sea en definitiva su mejor disco desde Du & Jag Döden, una obra que cualquiera que quiera acercarse al cuarteto sueco debe escuchar para comprender las dos grandes facetas de esta banda.

Descarga el disco aquí.
Blogger Template by Clairvo